Tengo la teoría que la foto buena es la que no es fácil, así suena demasiado dogmático pero me intentaré explicar. Cuando llegamos a una localización mas o menos conocida, Bruarfoss en el caso que nos ocupa, tenemos la tendencia de acomodarnos al lugar mas fácil para montar el trípode, dejar los trastos tras caminar y escoger un encuadre que sabes que funciona porque lo has visto varias veces en otros fotógrafos. Esa misma foto que ya has visto, es probable que te guste, y no tiene porqué ser lo contrario, pero en los talleres siempre recomiendo que busquemos otras posibilidades, cambiando de lugar, de objetivo, de técnica, de hora…que exprimamos el lugar. Y estoy firmemente convencido de que con este método de trabajo uno consigue mejores resultados a largo plazo.
Es el caso de la maravillosa cascada de Bruarfoss, el verano pasado estuve por allí para localizar perfectamente el lugar para que en Octubre llevar al grupo del taller de nightcolours, islandia.nightcolours.es, no es muy sencillo llegar, ya que se encuentra en una zona con muchos caminos y aparte suelen estar embarrados, pero tampoco es nada del otro jueves. Según llegas mi primera impresión es que era mucho mas pequeña de lo que me imaginaba, acostumbrado a Gulfoss, Skogafoss y compañía, estar delante de una cascada de máximo metro y medio de alto se me hizo pequeña, sin embargo tiene su encanto, en especial por su forma de pasillo y su color, que según la luz que haya, tira a turquesa.
Otra de las cosas que suelo hacer es dejar el equipo en el suelo y recorrer el lugar con tranquilidad, empaparme del entorno, primero sin pensar en foto y luego buscando encuadres, allí lo típico es usar un puente de madera que cruza el río o bien situarse de forma lateral, pero aunque haga esas fotos, mi cabeza está siempre buscando otros encuadres que no haya visto, aunque sean peores, pero serán los míos, será mi visión del lugar, y aquí es ya donde empieza lo gracioso y peligroso.
Ejemplo 1: hace unas semanas en La Ciudad de las Artes, quería una foto a ras de agua, pues a 8 o 9 grados, fuera botas, calcetines…y todo el resto de noche con frío en los pies, en este caso no me la llevé porque rápido como Falete ante un roscón de reyes, un guardia de seguridad me dijo que saliera de inmediato del agua.
Ejemplo 2: Bruarfoss, para sacar la foto que tenía en la cabeza hacia que arriesgar un poquito y meterme en el rio, el problema es que no llevaba botas de agua, pues lo mismo, descalzo para adentro, con mucho cuidado de no resbalarme, pero se me olvidó dejar la cara de loco en el coche, lo siento, no se lo enseñeis a vuestros hijos.
Esa era el sitio que yo quería, y este es el resultado después de meterlo en la coctelera photoshop.
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