He tenido la ocasión de vivir un día de la Semana Santa en Zamora gracias a mi amigo Paco, que me recomendó que fotografiara una de las procesiones mas famosas de esta bella localidad castellana. Desde el 2016 tenía en mi agenda visitar esta zona y tomar alguna fotografía, aunque hasta el última día no me decidí a pegarme la paliza hasta allí. Y es que salí de casa a las 6 de la tarde, aterricé a las 9 (lo de aterrizar es un eufemismo) mientras escuchaba mi música preferida durante todo el viaje a solas, y a las 2 de la madrugada estaba cogiendo de nuevo el coche de vuelta.

Pero aquel día que decidí cambiar mi vida (en breve hará dos años) y dedicarme a tiempo completo a mi pasión, ha modificado parte de mi forma de ser, ahora me muevo muchas veces a impulsos, y si tengo que fotografiar y mas importante aun, conocer y sentir, un lugar determinado, me lanzo haya los kilómetros que haya, y sin apenas tiempo de respuesta. Ingenierito donde te has quedado.

La semana Santa en Zamora es algo diferente a lo que conocía, es una fiesta mas austera, mas clásica y religiosa que las del sur por ejemplo, la devoción es muy diferente, se vive en silencio, con el mismo respeto seguramente, pero mas ligada al carácter propio castellanoleonés. Las calles estaban repletas de gente, mayor y joven, y sentí que era de los momentos mas importantes de todo el año para ellos.

Paco me comentó que si tenía que elegir un día, sin duda fuera el Lunes Santo, en él hay una procesión: Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que realmente impresiona y además con la «componente nocturna» de la misma, así que puse el ojo en ellos y allá que me fui. Llegue con tiempo suficiente para ver el recorrido que hacían y aunque había rincones mas fotogénicos, seleccioné una zona, donde las luces de las calles son apagadas, dándole mas dramatismo al paso, ya que los hermanos llevan una antorchas o teas, que junto con su indumentaria y en especial por el silencio sepulcral a su paso, la hacen impresionante.

He intentado hacerles un reportaje diferente, dándole mi punto de vista de acuerdo a lo que sentí al verles, respeto. En ocasiones me daba cuenta que tenia la cámara en la mano sin disparar, viéndoles pasar, simplemente sintiendo ese fervor religioso, que en mi caso no comparto, pero que entiendo y respeto. Una fotografía nocturna diferente a lo que hago habitualmente, pero que me ha conquistado por completo.

Semana Santa en zamora

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