Hay veces que las historias que hay detrás de una foto valen mas que la propia fotografía, diría que casi siempre, si por valer entendemos lo que a uno le queda por mas tiempo o lo que valoramos mas. Y este caso no es una excepción, os cuento la historia en el Desierto de Tabernas.

Estaba de vacaciones este verano por la zona de Cabo de Gata, con mi familia, y suelo aprovechar para salir de caza al menos un par de días, que no hay que abusar. Tenía varias opciones de localizaciones, pero la que mas me gustaba era el Desierto de Tabernas.

Había visto varias fotografías de esa zona de diferentes fotógrafos, se trata de una zona abandonada de un antiguo escenario de películas del Oeste, olivos milenarios secos, y varias casas típicas del Far West. Se encontraba muy cerca de la carretera y en una de las veces que fuimos a la playa y pasábamos por allí, lo vi y no hacia falta mucha inspección mas, elegí la noche y empieza el espectáculo.

Primera bofetada en la cara, en toda la semana ni una sola nube, la segunda ya venía de serie, ya que solo podíamos elegir esa semana entre todas de agosto, y era semana de luna llena, algo que siempre intento evitar.

Bueno pues salgo con luna llena y sin una nube, besitos a los peques y a la mami, bueno a la mami también un achuchón ;), carretera y manta y en hora y pico llego a la zona donde quería aparcar, 5 minutillos andando y me encuentro en el camino de entrada, tercera bofetada: cadena que impide el paso con cartel «prohibida la entrada, coto de caza» o algo así, mi cabeza se empieza a convencer que lo que pone realmente es que está prohibida la entrada con coches, ya que hay una cadena puesta pero no está vallado.

Según estoy sacando la cámara veo que por la carretera pasa un coche de la Guardia Civil, evidentemente no me escondo, luna llena y a 100m de la carretera se me ve, empiezo a planificar el discurso de bienvenida y ohh sorpresa, no paran, yeahhh.

Tripode y comienzo a encuadrar y las primeras pruebas, cuarta bofetada: un coche a toda ostia entra en el camino, quita la cadena y se dirige hacia mi, segundo discurso de bienvenida, este diferente claro, quien seria?. Sale alguien del coche alumbrándome con las largas en toda la jeta,

-Buenas noches soy fotografo (de verdad alguien se presenta así?, pero es que quería que supiera rápidamente que no era alguien raro, ehmmm, pensándolo mejor ahora creo que fue absurdo)

– Buenas noches, que hace usted aquí? no ha visto los carteles?

– Creía que no se permitía la entrada de vehículos pero si de gente.

– Debe salir de aqui, esto es un coto de caza y se ha abierto la veda la semana pasada, anoche a estas horas estábamos cazando jabalíes justo detrás de estas casetas.

– Vaya lo siento, me deja cinco minutillos que termine?

Ojiplático se me queda mirando pensando de donde he salido, que después de entrar en una propiedad privada, de tener que llegar hasta allí, de decirme lo de la caza, y me pide 5 minutos para hacer fotos por la noche? alucinante

– Por favor recoja y vayase.

Asi que me quedé unos 10 minutos terminando la foto..y otras 2 mas, a toda mecha antes de salir de allí.

Por supuesto esa noche no podía acabar ahí. Este señor avisado por la GC que paró en una gasolinera cercana donde trabajaba, estaba alerta sobre el tipo que hace fotos por la noche.

Siguiente parada, unos coches americanos pegados a la carretera nacional, hay un bar-restaurante cerca de ellos, con un foco halógeno, luna llena, coches pasando e iluminando… situación idílica para un nocturno verdad? caos diría, pero las cosas podían empeorar, y empeoraron.

A lo lejos bajo la luz del halógeno, aparece el perfil de una mujer mayor, con miedo parece, me presento, ya sabeis,

– hola soy fotógrafo, puedo hacerles fotos a estos coches?

– si si

Y se mete para dentro. Sigo con mis fotos, y a los 5 minutos sale un señor

– Que hace usted aqui?

– Hola buenas noches, hago fotos

– por la noche?

– Si, mire

El hombre flipa, pero yo sigo sin poder hacer fotos tranquilo, se queda un rato de cháchara y a los 2 minutos se acerca un coche. Me esta pasando a mi?

– Hola buenas noches, quien es usted?

Miro al hombre mayor que estaba conmigo, y éste saluda al que está dentro del coche, y me comenta que es el propietario de los cadillacs. Le pido permiso y sin problemas. Todos se van, yessss

Ahh no, que el propietario no se va, aparca al fondo y enciende un halógeno gigante mas que alumbra a los cadillacs que estaba fotografiando. Que haríais vosotros? Yo decidí irme a mi apartamento.

Pero creéis que aqui terminaba todo verdad? pues efectivamente, no. Os acordais de los Guardias Civiles del principio del relato? Rotonda de vuelta a casa, cátodo amarillo moviendo de arriba a abajo: Pare¡¡

– De donde viene usted?

– De hacer fotos

– Por la noche?

– Si, por la noche

– Ya, documentación y por favor baje del vehículo.

No hay mas bofetadas, solo entender que cuando no, es no; y una retirada a tiempo es una victoria, al menos eso preferí pensar, después de aquella aciaga noche, así que esta vez he revelado una foto con mensaje a posteriori, La soledad de un anciano, ese árbol lo pide a gritos.

Aqui teneis la localizacion: arbol

5D Mark III; 11-24mm

Iluminada con Maglite 3D

 

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desierto de tabernas